Placas tectónicas
jueves, 2 de febrero de 2017
jueves, 19 de enero de 2017
Placas tectónicas
Placas tectónicas
El GPS (sistema de posicionamiento global) ha sido el instrumento
más utilizado para estudios del movimiento de las placas tectónicas. Midiendo
repetidamente las distancias entre diversos puntos específicos en la Tierra,
los geólogos han podido determinar el movimiento a lo largo de fallas
tectónicas o entre placas. Gracias a este nuevo método, los científicos obtienen
una buena comprensión de cómo las placas se mueven y cómo estos movimientos se
relacionan con los terremotos y la actividad volcánica. El movimiento de la
corteza terrestre es más pronunciado a lo largo de zonas estrechas entre placas,
donde las fuerzas y sus resultados son muy evidentes.
Alrededor de la cuenca del Pacífico ya se miden regularmente
las tasas de separación entre placas, utilizando varios sitios GPS. Las tasas
promedio de separaciones entre placas pueden variar ampliamente. Por ejemplo,
en las estribaciones del Ártico ocurre la tasa más baja de movimiento (menos de
2,5 cm/año), mientras que la tasa más rápida está cerca de isla de Pascua, en
el Pacífico sur, a 3 400 km al oeste de Chile (más de 15 cm/año).
Bordes convergentes
Bordes convergentes
Ocurren
cuando los bordes de dos placas tectónicas chocan y una se desliza debajo de la
otra. Existen tres tipos de convergencia.

(2) Subducción,
que es el choque de una placa continental con otra oceánica, la cual se desliza
por debajo de la continental y forma una zona de subducción y una fosa
oceánica, lo que provoca en el continente erupciones volcánicas y un sistema
montañoso, como la cordillera de los Andes.
(3) Dorsal
marino, que es el choque de dos placas oceánicas que dan lugar a cordilleras
dentro del océano, con volcanes submarinos y eventualmente archipiélagos, como
las islas Galápagos. En los dorsales marinos, el manto caliente o magma fluye
hacia arriba por convección, lo que origina volcanes y nuevas capas de placa
que progresivamente se apartan del dorsal, enfriándose y ganando densidad hasta
llegar al borde de la placa.
En el
borde, la placa es lo suficientemente fría y densa como para volver a hundirse
en el interior del planeta.
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